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CORAZÓN.
No sé qué pensar. Me siento totalmente vulnerable.
Siento que todo lo malo que he vivido me va a seguir pasando, que no me van a amar como yo lo hago, que no soy suficiente. Siento que me van a volver a reemplazar. Que soy sumamente reemplazable. Me duele el corazón, me duele porque amo con cada milímetro de el. Vibro a su ritmo agitado cuando lo veo, vibro con su olor, con sus ojos. Y no quiero, no estoy dispuesta a perderlo, no estoy dispuesta a que me rompan el corazón de nuevo, no estoy dispuesta a que me sienta chiquita de nuevo.
Quisiera tener una bolita de cristal y saber que nada de esto será en vano, que eres el amor de mi vida (porque lo eres) y que tendremos muchos viajes, momentos, risas. Pero es imposible.
Solamente no quiero sufrir más. No quiero que esta ilusión se derrumbe, no quiero sentir que estás lejos, que soy otra del montón.
Me duele pensar que puedo estar en su misma situación. Se me parte el corazón a pedacitos.
Odio sentirme como una tonta pensando en que todo se puede acabar cuando estamos muy bien, cuando nos vamos de viaje, cuando tenemos planes juntos. Pero no puedo dejar de pensar en todo lo que leí, todo lo que vi. No puedo dejar de pensar en que eso mismo viviste antes, en que eso mismo le dijiste a alguien más. ¿Realmente lo sientes? ¿O sólo estás hablando por hablar?
Solamente quiero un final feliz. Me lo merezco. Merezco que me mires a los ojos y te sientas el más afortunado, merezco que mires solamente a mi, merezco que sientas felicidad cuando vas a verme. Lo sé en mi cabeza pero no lo siento en mi corazón.
27 agosto 2019
8:06 p.m.

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